Tras los 2 primeros volúmenes de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias me apetecía leer algo diferente antes de enfrascarme en el tercero; dicho y hecho, me puse con la lectura de "Ébano", un libro escrito por el periodista Ryszard Kapuscinski.
El cambio es radical, empezando porque Ébano no es una novela sino una serie de crónicas periodísticas en las que el autor nos muestra África, ese enorme continente impenetrable hasta el siglo XX, del que poco conocemos pues en general no tienen una historia escrita.
El cambio es radical, empezando porque Ébano no es una novela sino una serie de crónicas periodísticas en las que el autor nos muestra África, ese enorme continente impenetrable hasta el siglo XX, del que poco conocemos pues en general no tienen una historia escrita.
En su introducción Kapuscinski ya nos advierte: "Este continente es demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos "África". En la realidad, salvo por el nombre geográfico, África no existe."
Kapuscinski viaja a África en 1957 y vive la descolonización de primera mano. Evita la rutas oficiales, prefiere mezclarse con la gente. Nos cuenta pequeñas historias como puede ser la vida de los habitantes de una aldea alrededor de un mango, pero también la gran historia, como lo fue la tragedia de Ruanda. Desgrana los detalles de lo ocurrido en países como Tanzania, Etiopía o Eritrea, Uganda, Ruanda o Burundi por poner algunos países que recorrió en su periplo africano.
Nos explica tanto los orígenes de la colonización, remontándose al tráfico de esclavos, como los procesos políticos acaecidos en la segunda mitad del siglo XX. Relata el infierno de los niños soldado en Liberia, los señores de la guerra y el sufrimiento de la población pero también la hospitalidad de la gente, sus posesiones materiales (¿que pasaría si te dijeran que solo puedes llevarte de casa aquello que cabe en una palangana de plástico?), la vida en el Sahel (la sabana africana), las comunicaciones por carretera (si la hay) o tren, o la paciencia que los europeos no tenemos.
Si lees "Ébano" puedes recomponer el mosaico del continente africano que Kapuscinski visitó a lo largo de 40 años y detectar como en sus escritos aspira a producir algún cambio en el mundo, es lo que se llama periodismo intencional.
Este autor -y esta obra- es todo un ejemplo de ética profesional. Imprescindible.
ResponderEliminarKapuscinski es autor de mi devoción. Tengo varios libros suyos, éste de Ébano, si lo tengo no lo he leído. Pero el comentario que nos ofreces es muy ilustrativo.
ResponderEliminarCelebro compartir contigo este tipo de lectura alternativa. Sí leí "encuentros con el otro", como dice Pedro, imprescindible.
Yo ahora quiero abordar a Borges, para un Foro de mi pueblo(sobre todo El Aleph). Creo que a este paso no me "desapocaré", pero uno no tiene remedio.
Hoy ´he llegado a la página 100 de Viene la noche. Éste sí se lee de corrido. El 2ª me vino largo.
Abrazos para tí y tu señora
Pues no he leído nada de este autor y este libro del que nos hablas tiene muy buena pinta... Me falta vida para leer lo que me gustaría.
ResponderEliminarUnas buena películas, si quieres ahondar en el tema de África, ahora que se me vienen a la memoria:
"Hotal Rwanda"
"El último rey de Escocia"
Muy muy recomendables.
Biquiños,
Aldabra
p.d.: el tercer libro de Esquivias, nada tiene que ver con los anteriores, te vas a llevar una sorpresa, verás.
Saludos a Amparo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por esta reseña, me lo apunto. Mi hija pasó su luna de miel en Senegal y Mauritania. Fué para ella por lo que me cuenta, una experiencia magnífica.
ResponderEliminarBravo por este periodista. En general muchas noticas de las diversas africas y del sufrimiento de sus pueblos, no se trae a la prensa internacional... porque " poco importa": ¡Qué verguenza!
Abrazos a ambos y feliz primavera-