- ¿Bécquer?, me suena, ¿no fue él que escribió
"Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín." ?
- ¡No!, esa es la Canción del pirata, de Espronceda, nuestro más destacado poeta romántico.
- Vale, ya me acuerdo, Bécquer, al que conocí en los billetes de veinte duros, escribió aquello de:
"Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán."
Cuando en
La Acequia salió ganadora la opción de las "
Rimas y Leyendas" pensé en tomarme un par de meses sabáticos pues la poesía no es lo mío, pero como me llamaba la atención leer las Leyendas me eché la azada al hombro y me fui a por el lote completo.
Tras comprar los dos libros de la editorial Cátedra, colección Letras Hispánicas, empecé con las Rimas, edición de Rafael Montesinos, y como lego en la materia he de decir que me ha resultado un prólogo un tanto pedante, pero como quería entender las Rimas me lo leí enterito.
Mi primera sorpresa fue leer su Introducción sinfónica, el primero de los trabajos becquerianos del Libro de los Gorriones, que comienza de esta guisa:
"Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo."
Me ha sido imprescindible para comprender lo que sentía Bécquer, de la misma forma que creo que seria muy instructivo leer sus "Cartas literarias a una mujer"; por ejemplo, en la primera explica cual es su sistemática, diferente a la imperante entre los poetas de la primera mitad del siglo XIX:
"Yo no niego nada, pero por lo que a mí toca, puedo asegurarte que cuando siento no escribo. Guardo, sí, en mi cerebro escritas, como en un libro misterioso, las impresiones que ha dejado en él su huella al pasar; estas ligeras y ardientes, hijas de la sensación, duermen allí agrupadas en el fondo de mi memoria, hasta el instante en que, puro, tranquilo, sereno y revestido, por decirlo así, de un poder sobrenatural mi espíritu las evoca y tiende sus alas transparentes que bullen con un zumbido extraño, y cruzan otra vez a mis ojos como en una visión luminosa y magnífica."
Luego me sumergí en las Rimas y encontré algunas que me llegaron más que otras. He aquí los inicios de tales rimas:
Rima III sobre la inspiración, la razón y el genio.
"Sacudimiento extraño
que agita las ideas
como huracán que empuja
las ideas en triple."
…….
…….
"Gigante voz que el caos
ordena en el cerebro
y entre las sombras hace
la luz aparecer,"
…….
…….
Rima XIII
"Tu pupila es azul, y cuando ríes
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja."
…….
…….
Rima XV, versos 12 al 17.
"En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
eso soy yo."
Rima LIII, una de las más famosas.
"Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán."
…….
…….
Rima LXI
"Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?
……..
……..
Rima LXVI
¿De dónde vengo? El más horrible y áspero
de los senderos busca;
……
……
¿A dónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
……
……
Rima LXXIII, una impresionante y sentida elegía.
"Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.
……
……
Rima LXXV
"¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
…….
…….
Rima LXXVI
"En la imponente nave
del templo bizantino
vi la gótica tumba a la indecisa
luz que temblaba en los pintados vidrios."
......
......
Bécquer tuvo una extraordinaria capacidad para la síntesis.
Para finalizar veamos un detalle sobre Gustavo Adolfo Bécquer: su imagen más conocida, la del billete de 100 pts (1965). o la del sello de 2 pts. (1970), se la debemos a un retrato pintado por su hermano Valeriano (aunque la mano del billete no aparece en el cuadro).
Y un par de curiosidades sobre Espronceda y Bécquer: la primera es que ambos vivieron 34 años y la segunda que el primero tuvo como maestro al erudito y poeta sevillano Alberto Lista y Bécquer escribió a los doce años su "Oda a la muerte de Don Alberto Lista", un punto de unión entre ambos.
Este comentario pertenece al club de lectura sobre las Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer que dirige desde La Acequia, Pedro Ojeda Escudero.