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lunes, 26 de diciembre de 2011

Sonata de Estío



     En esta Sonata el marqués de Bradomín rememora un lance de su vida en que huyendo de angustias sentimentales se va a México donde conoce a la Niña Chole, una "belleza bronceada, exótica, con esa gracia extraña y ondulante de las razas nómadas, una figura hierática y serpentina" con la que tiene una aventura. Pero Valle no se queda solo en la historia amorosa de este Casanova español, nos ofrece una guía de viaje,  un libro de "leer y andar", con descripciones etnográficas que solo puede aportar una persona que haya vivido en México. 

     Don Ramón nos dibuja un país lleno de remembranzas castizas con unos paisajes ardientes y coloreados donde podemos tocar el agobiante calor del sol yucateco que requema esta tierra, conoceremos a sus habitantes, su forma de vida, su estatus social, con un especial énfasis en las raíces españolas que sobreviven en tierras mejicanas. Todo esto en un lenguaje plagado de palabras que precisan ser buscadas en el diccionario para conocer su significado.

     Una vez más acudo a un artículo de D. Manuel Bueno para entender mejor las Sonatas: "No busquéis en los libros de Valle-Inclán, ni tristeza, ni remordimientos. El autor es tan indulgente con sus personajes, que cada vez que pecan se le ve sonreír."  Y continua hablando de ellas: "Es la historia sentimental, el relato de las aventuras de un hombre que no descansa hasta decirnos puntualmente cuantas veces ha triunfado de la esquivez femenina. Es el Bonaparte del amor, el estratega más astuto y más audaz que se dio a conquistar mujeres. Imposible leer una Sonata sin sentir la tentación de leerlas todas."

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

domingo, 6 de noviembre de 2011

¿La primera reseña de "Sonata de Otoño"?

Ramón del Valle-Inclán fue un maestro de la prosa modernista, prosa caracterizada por la descripción de la belleza y del erotismo, despreocupado del mensaje de fondo, él la llevó a su máximo nivel de perfección demostrando un extraordinario dominio del lenguaje, de la descripción de ambientes y del ritmo de la acción. Esta etapa modernista puede asociarse a su ideología carlista (posteriormente cuando crece su compromiso con los temas sociales entra en la etapa del esperpento). 

Con Sonata de Otoño(1902), uno de los mejores ejemplos de prosa modernista de la literatura española, publicada a través de las entregas en el periódico "El Imparcial", al igual que en el resto de las sonatas, el  marqués de Bradomín va rememorando con nostalgia distintas etapas de su vida, que discurren a su vez en lugares y un ambiente social que el escritor demuestra conocer muy bien. Sin una aparente intención moralizante, y con una narración de gran belleza, el autor describe unas escenas irreverentes y eróticas que debieron escandalizar a la mojigata sociedad de su tiempo. 

Tras recabar los anteriores datos en www.modernismo98y14.com he seguido buscando entre los ejemplares de "El Imparcial" y he encontrado, con fecha 10 de marzo de 1902, una reseña de "Sonata de Otoño" que le hace su amigo y contertulio, el periodista Manuel Bueno, el mismo con el que Valle-Inclán mantuvo en 1899 una discusión de café que acabó en una pelea a bastonazos, a resultas de la cual recibió un golpe en el brazo izquierdo, la herida se le infectó y tuvieron que amputarle el brazo. 

En esta reseña Manuel Bueno define al marqués, que se llama Javier,  como "un cínico risueño y afable de la progenie del caballero Casanova", un cinismo que "no excluye la ingenuidad" y recalca que "se conduce en el transcurso de sus amores con Concha sin sombra de depravación… En ningún momento se muestra perverso, ni sádico. Es demasiado sano para caer en semejantes ignominias. Si acude junto a Concha cuando la enferma le llama, es porque adivina que su ternura puede ser un consuelo para su antigua amante." 

Sobre el autor dice que "el primer cuidado del escritor ha sido el de que las memorias no perdieran ni un ápice del tono autobiográfico que las hace humanas y verosímiles. Más que un confidente, parece Valle un colaborador asiduo del libertino prócer." 

Me desconcierta cuando considera que el marqués de Bradomín busca conscientemente la alcoba de Isabel, su otra prima, "Fiel a sus inclinaciones, en vez de dolerse de la muerte de su querida, avanza a tientas en la oscuridad de un pasillo, se cuela en la alcoba donde reposa Isabel y contrae, a costa de la adormecida mujer, una culpa enorme de la que su muerta amiga no le hubiera absuelto nunca.". No es eso lo que yo interpreto con la lectura, aunque es verdad que una vez allí no va a desperdiciar "un palmito" pues le guía su moral de Casanova: "el triunfo de los instintos a todo trance".

Valle-Inclán nos dice que el marqués de Bradomín es feo, católico y sentimental. El Sr. Bueno opina que "su catolicismo debía ser muy flexible y acomodaticio", algo que resulta obvio. En cuanto a su fealdad apela a las opiniones de los Srs. Pierre Choderlos de Laclós, autor de "Las amistades peligrosas", y a Sthendal ("Rojo y negro", "La cartuja de Parma"),  como expertos en el campo amatorio, para establecer la "hermosura masculina" como algo secundario, por detrás de la combinación de sensualidad, ironía y desdén. Precisamente Manuel Bueno lo considera sensual en lugar de sentimental. 

En cuanto al lenguaje que emplea dice que "es sobrio, preciso, flexible, musical y rotundo" y lo contrapone al de aquellos que siguen las huellas de Victor Hugo. Por último establece que "La acción transcurre en un ambiente arcaico y señorial … restaurado con pulcra habilidad. Un intenso perfume de cosas viejas y venerables se levanta de las páginas del libro … a una edad que no se puede fijar …. no ha hecho más que trasladar seres vivos, contemporáneos nuestros, a un ambiente lejano y vetusto".

Tras leer esta reseña de Manuel Bueno me considero incapaz de aportar nada útil de mi cosecha. Espero que sus palabras te produzcan el mismo efecto que a mí.  Enlace a la reseña de Manuel Bueno.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

jueves, 27 de octubre de 2011

El origen de "Sonata de Otoño"


Hace unos días terminé de leer esta novela corta que es "Sonata de Otoño", y picado en mi curiosidad por Pedro, he rebuscado en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional Española entre  viejos ejemplares del periódico "El Imparcial". Como resultado de estas pesquisas he localizado en la edición de 23 de septiembre de 1901, el relato de Ramón del Valle-Inclán titulado "Don Juan Manuel", origen de su "Sonata de Otoño".

Don Ramón modifica su relato y lo reparte entre los capítulos de la novela para componer su obra. Veamos estas diferencias: lo primero es que nuestro protagonista en el relato del periódico está con su madre y no con su amante Concha cuando ellas divisan al tío Don Juan Manuel, mucho más poético en la novela ("… levantó su mano, diáfana como mano de hada: ¿Ves allá lejos, un jinete?") que en el relato original ("… levantando su mano pálida, me mostró un jinete que venía por el camino. ¿Ves allá?").

Mientras en el relato, Javier va a visitar a su madre ("... una señora  de cabellos grises, muy alta, muy devota, despótica y caritativa. Cuando me vio llegar lloró de júbilo la pobre señora. Estaba muy achacosa, pero a la vista de su primogénito pareció revivir.") en la novela el marqués de Bradomín acude a la llamada de Concha, una de sus amantes, que también parece revivir al verlo en su palacio.

Palacio que en la novela es el de Brandeso mientras que en el relato se trata de San Clemente de Bradomín donde vive retirada su madre (no aclara si palacio o pazo). El hecho es que el mirador, la escalinata, el jardín o el laberinto con su fuente es el mismo. 

En el relato el marqués de Bradomín nos presenta a su tío Don Juan Manuel al recordar una tarde que pasó con su madre, pero en la novela cambia el recuerdo por el presente al lado de Concha. Valle-Inclán mantiene intactos diálogos enteros: los gritos del tío y del marqués, el capítulo de la biblioteca (en la novela añade la frase: "Y quedó sellado nuestro parentesco", para recalcar el parentesco, algo que en el relato está claro desde el principio).

En el relato es su madre quién le recrimina, ante su tío, su desconocimiento del origen de la casa de Bradomín. En ambas lecturas aparece la historia de un Roldán que no muere en Roncesvalles, ¡ahí es nada!,  es atraído por una sirena y tiene un hijo de ella "que por serlo de D. Roldán se llamó Padín, y viene a ser lo mismo que Paladín. Ahí tienes porque una sirena abraza y sostiene tu escudo en la iglesia de Lantañón." (Aldabra, ¿podrás encontrar esta sirena?).

Valle-Inclán termina su relato escribiendo: "Me asustó el frío de aquellas manos que pendían inertes… !Eran las manos de un muerto!", pero en la novela necesita que siga "vivo" así que nos lo deja malherido, quién debe morir es Concha, la protagonista femenina de la novela: ""Me asustó el frío de aquellas manos que pendían inertes… Volví a tomar el diestro del caballo que relinchaba, y seguimos acercándonos al Palacio."

El autor toma del relato los ingredientes que le interesan y construye una historia diferente, más cautivadora. Si quieres leer el relato original sigue este enlace: Don Juan Manuel de Ramón del Valle-Inclán

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

jueves, 20 de octubre de 2011

Sonata de Otoño

Con apenas leídos unos cuantos capítulos,  Ramón del Valle-Inclán ya me ha convencido con una sorprendente prosa poética que desborda elegancia y refinamiento, que juega al mismo tiempo con adjetivos y brillantes metáforas, con un uso del lenguaje capaz de hacernos ver la situación que describe como escenas cinematográficas. 

Me hubiese gustado leer los relatos publicados en los periódicos de principios del siglo XX (1901-1902), saborearlos como lectura diaria que finaliza en la espera de la siguiente publicación. Posteriormente el autor los reelaboró, creando con ellos su primera sonata, la Sonata de Otoño.

Esta novela corta, escrita durante los tres meses de convalecencia de un involuntario tiro de pistola en un pie, es la primera de una tetralogía y nos presenta al protagonista en la etapa de su madurez plena. Como vamos a seguir el orden de escritura, iremos retrocediendo en las etapas vitales del Marqués de Bradomín para en la última novela dar el salto a su vejez.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Prólogo a la lectura de "Sonatas"


 es.wikipedia.org

Ya estamos en octubre y eso significa, siguiendo la propuesta que nos hace Pedro Ojeda desde su atalaya de "La Acequia", que le toca el turno a la lectura de una obra de Ramón del Valle-Inclán. 

Pero, ¿que sé yo de Valle-Inclán?. Poco por no decir casi nada, vagos recuerdos de mi tiempo de estudiante de bachillerato:  autor de obras de teatro, de principios del s. XX, y lo asocio al esperpento, palabra que para mi significa situaciones grotescas que provocan nuestra risa y que la RAE define como: "Género literario creado por Ramón del Valle-Inclán, escritor español de la generación del 98, en el que se deforma la realidad, recargando sus rasgos grotescos, sometiendo a una elaboración muy personal el lenguaje coloquial y desgarrado.

Hasta hoy no  leído nada  de Valle-Inclán, fallecido hace 75 años, y la verdad es que de no mediar Pedro hubiese tardado un tiempo, quizá no demasiado porque hace unos meses cayó en mis manos otra obra suya, "Luces de Bohemia", un libro de los que se leen en escuelas e institutos y que tenía en la pila de lectura aunque muy abajo.

Empezaré por las "Sonatas" (periodo modernista), cuatro novelas publicadas en años consecutivos, y seguramente acabe leyendo su obra de teatro "Luces de Bohemia" (periodo esperpéntico). Veamos que nos depara esta nueva lectura colectiva de un clásico.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


jueves, 6 de octubre de 2011

Riña de gatos


Al igual  que Paco Cuesta, yo también tengo mi librero, una persona que no solo vende libros sino que además es lector empedernido y me aconseja sobre que libros leer o regalar, y mi relación con él viene de largo, de los tiempos pre-internet, en los que conseguir reseñas de libros no era nada fácil. Pues bien,  a principios de agosto y aconsejado por mi librero me esperé a que "Riña de gatos" saliese en edición de bolsillo. El problema es que como a mediados de septiembre  no lo recibía busqué en internet y vi que no estaría a la venta hasta principios de octubre, así que le pedí que me trajese el "tapas duras" y con él he hecho la lectura (mi consejo es que si te lo quieres comprar espera a que salga la versión de bolsillo).

Tras este preámbulo diré que a Eduardo Mendoza ya le conocía por haber leído 4 obras suyas: "La verdad sobre el caso Savolta", "El año del diluvio", "El misterio de la cripta embrujada" y "Sin noticias de Gurb". Huelga decir que de las cuatro la que más disfruté fue la primera. 

En "Riña de gatos" el autor, que tiene oficio y sabe ejercerlo, nos procura una lectura nada sosegada, ofreciendo nuevos giros de la trama conforme pasamos las páginas, aúna una trama de intrigas con espías, políticos, militares, nobleza, proletariado, todo junto bajo el cielo de un Madrid que empieza a salir del invierno y cuyos habitantes, al igual que en el resto del estado español, son incapaces de establecer un diálogo constructivo que evite lo que se convertirá en un baño de sangre, con unas disgresiones sobre la vida y obra de Velazquez, del que el protagonista es un entendido.

Eduardo Mendoza toma al inglés Anthony Whitelands, un especialista en pintura española, como hilo conductor de su novela y de su mano conoceremos a un duque español con su familia y al tercer marqués de Estella, Jose Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Con Velazquez como "fondo de pantalla", el inglés a veces peca de ingenuo rayando lo increíble (muy borracho tenía que estar para dejarle todas sus pertenencias a un desconocido o acudir sin más a una misterioso cita cuando le han advertido que su integridad física peligra o creerse que Paquita, la hija del duque, va a caer rendida a sus pies a las primeras de cambio).

Esta novela recibió el premio Planeta en 2010 pero no creo que se convierta en un clásico. Su lectura me ha resultado fácil y me ha enganchado con su mezcla de personajes históricos en la ficción representada. 

Por último me permito recomendar una reseña realizada por Justo Serna, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia. Y si quieres ver todos las obras de arte que aparecen en la novela date una vuelta por el blog diadehistoria.blogspot.com, empezando por el Furore, la efigie de Carlos V esculpida en bronce por Leone Leoni, y terminando con la Madre Jerónima de la Fuente, de Velazquez.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

martes, 9 de agosto de 2011

Leyendas (II)

Ya he terminado la lectura de las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, al menos de aquellas que Pascual Izquierdo considera como "narraciones aceptadas por los críticos como inequívocas leyendas, rechazando las que, a pesar de aproximarse a su estilo literario o clima estético, o de participar parcialmente en su atmósfera de irrealidad y misterio, han sido sometidas a discusión". Sin ir más lejos, la leyenda "Las hojas secas", que he leído gracias a María Angeles Merino, se ha quedado fuera de mi libro debido a esta consideración.

 En "Maese Pérez el organista" Bécquer nos ofrece como introducción una auténtica fotografía de la Sevilla del siglo XVI repleta de luz y color. La leyenda se centra en la celebración de las misas del Gallo de tres años consecutivos con la aparición de un elemento sobrenatural a la muerte del organista.

Quiero destacar los dos niveles de lenguaje que encuentro: el coloquial, al estilo de un buen cotilleo a cargo de los monodiálogos de una feligresa y el poético, cuyo culmen bien podría ser la descripción del concierto, donde Bécquer traduce la música en imágenes. 

Como curiosidad dejo constancia de 2 frases hechas que pone Bécquer en boca de la feligresa: "Dónde va la gente? Donde va la gente" y "Cada loco con su tema". Si antes de leer la leyenda alguien me dice que ambas tienen más de 140 años le hubiese contestado: "¿Te estás quedando conmigo?".

Sobre esta leyenda te invito a visitar los enlaces de Myriam (1 y 2) y mejor si los lees oyendo el concierto de órgano que nos ofrece Luz.

En "El rayo de luna" el protagonista busca la mujer ideal y tras un tiempo en que cree tenerla al alcance de la mano, acaba por ser consciente de que ha perseguido un espejismo, pasando de loco soñador a cuerdo, triste y resignado, que reconoce que los ideales son por definición inalcanzables. ¿Estamos ante elementos autobiográficos?

En "Creed en Dios" tenemos la historia de una conversión religiosa, la de Teobaldo de Montagut, el cazador maldito. La leyenda toma la forma de relato oral ante un variopinto grupo de oyentes. La maldad de Teobaldo es el tema central de la primera parte de la leyenda mientras que el arrepentimiento lo es de la segunda. 

Una cabalgata sobrenatural, descrita con amplia profusión de luces y sonidos, tiene un final inesperado para Teobaldo que le provoca el arrepentimiento.
   
En "El Miserere" tenemos hasta tres narradores para contarnos la historia de un romero que, como penitencia por sus pecados, quiere escribir la partitura musical de un Miserere, pero no encuentra ninguno que le complazca lo suficiente. En el monasterio de Fitero le relatan la historia de unos monjes que resucitan la noche de Jueves Santo para cantar un Miserere excepcional. 

Las descripciones de Bécquer del romero saliendo en plena tormenta contrastan con la calma que encuentra entre las ruinas del monasterio donde se debe producir el prodigio esa misma noche. La recreación de la resurrección de los monjes es terrorífica y Bécquer pone el listón muy alto con su traducción de los sonidos e imágenes del Miserere sobrenatural. 

En "El Cristo de la Calavera" Bécquer nos vuelve a ofrecer la imagen de una mujer altiva y vanidosa, a la que no le importa el daño que puede causar con su comportamiento. Por una vez, pero eso si, gracias a la intervención sobrenatural de un Cristo, dos amigos no solo no terminan muertos sino que con sus carcajadas consiguen castigarla:

“Todo lo adivinó y la púrpura de la vergüenza enrojeció su frente y brilló en sus ojos una lágrima de despecho”.

De "La promesa" y "La corza blanca" nada mejor que leer las entradas ilustradas de María Angeles Merino. 

De la misma forma poco puedo añadir sobre "La Rosa de Pasión" que no aparezca en las excelentes entradas de Myriam (1 y 2) y de Pancho

Dejo aquí a Gustavo Adolfo Bécquer, al que reconozco no haber leído con anterioridad salvo alguna rima y un par de leyendas. La experiencia ha sido muy buena y como beneficio colateral he aprendido algo de la Historia de España en los convulsos años 60 del siglo XIX. 

Este comentario pertenece al club de lectura sobre las Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer que dirige desde La AcequiaPedro Ojeda Escudero.

lunes, 25 de julio de 2011

Leyendas (I)

Tras las rimas les ha llegado el turno a las Leyendas que Bécquer escribió en una prosa poética y que publicó en periódicos por capítulos. Se me hace difícil pensar en que hubiera hecho en la actualidad, donde la lectura de prensa escrita ha sido sustituida por los telediarios que se dedican a leernos las noticias que aparecen en los diarios. Bécquer quizá hubiese optado por publicar sus escritos en un blog. 

Estoy leyendo las Leyendas incluidas en el libro de Cátedra, edición de Pascual Izquierdo, el cual dispone de mucha información tanto sobre el conjunto como una explicación particularizada de cada una de las 16 leyendas que contiene. De estas hay dos que al leer el índice he recordado que debí leerlas hace muchos años, me refiero al "Monte de las Ánimas" y a "El Miserere".

Antes de entrar a hablar de las Leyendas me voy a permitir aconsejar un documental sobre la vida y obra de Bécquer que he localizado en la biblioteca virtual de Andalucía (Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía): Bécquer desconocido.

LLevo leídas 5 leyendas, la primera "El caudillo de las manos rojas" es un largo poema en prosa, donde Gustavo A. se recrea ambientando las escenas en las que se desarrolla la acción: el crimen cometido por Pulo-Dheli, su arrepentimiento y expiación.

En la segunda, "La cruz del diablo", encontramos una mezcla de terror y religión. A partir de una cruz maldita, Bécquer nos relata por boca del guía de la expedición su leyenda, con una mezcla de medievalismo y de fantasía nos ofrece una primera parte dedicada a la historia del mal caballero a la que continua la segunda con la intervención de las fuerzas sobrenaturales del mal.

La tercera, "La Ajorca de oro", es una corta leyenda toledana de amor, terror y sacrilegio con una clara estructura de la acción: tentación -> pecado -> castigo. La vanidad de una mujer ("Ella era caprichosa, caprichosa y extravagante, como todas las mujeres del mundo") es la causa de la locura de un hombre enamorado ("él supersticioso, supersticioso y valiente, como todos los hombres de su época."). Traspasar cierto límite tiene su castigo.   

La cuarta, "El monte de la Ánimas", una leyenda soriana que repite el esquema de la  Ajorca de oro con la diferencia de que en este caso la inductora también sufre las consecuencias, es castigada con la muerte al igual que el transgresor. 

En esta leyenda podemos ver claramente un prólogo del propio Bécquer: el tañido de unas campanas lo despierta en la noche de Todos los Santos y recuerda una historia soriana que empieza a escribir. Continua con un relato introductor: la historia de la rivalidad entre los templarios y los nobles castellanos. Sigue la fábula novelesca con la estructura ya conocida, el amor de Alonso por Beatriz le hace a él romper con una tradición. El resultado es la muerte de ambos, Alonso muere por exceso de pasión y valentía y Beatriz de terror. Pero no termina aquí la leyenda, esta tiene un epílogo donde se recrea el episodio legendario narrado en el relato introductor con la incorporación de un nuevo elemento "real" en la leyenda: la presencia de Alonso y Beatriz. 

La descripción de como Beatriz se va sugestionando a lo largo de la noche, de como el terror penetra bajo su piel, y como, tras despertar, cuando piensa que ha sido un mal sueño, el terror vuelve pues "sobre el reclinatorio había visto, sangrienta y desgarrada, la banda azul que perdiera en el monte, la banda azul que fue a buscar Alonso." es de una fuerza arrolladora. De las cinco leyendas que he leído hasta ahora, quizá influido por que me recuerda a Poe, esta es mi preferida.

La quinta, "Los ojos verdes" nos cuenta el resultado de una nueva transgresión: en las inmediaciones del Moncayo, la montaña más alta del sistema ibérico, se localiza "la fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento." Fernando pese a las advertencias de su montero Íñigo persigue a un ciervo has dicha fuente y allí ve unos ojos verdes de los que queda prendado, vuelve una y otra vez hasta que ve a una mujer que tiene "unos ojos de un color imposible", unos ojos verdes que lo enamoran y que serán su perdición.

Según Pascual Izquierdo "el final de la leyenda posee un modernidad narrativa insuperable". En lo de modernidad narrativa no puedo opinar pero en cuanto a que es insuperable estoy totalmente de acuerdo: 

"Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose, hasta expirar en las orillas." 

Este comentario pertenece al club de lectura sobre las Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer que dirige desde La AcequiaPedro Ojeda Escudero.

domingo, 17 de julio de 2011

Rimas





- ¿Bécquer?, me suena, ¿no fue él que escribió

"Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín." ?

- ¡No!, esa es la Canción del pirata, de Espronceda, nuestro más destacado poeta romántico.

- Vale, ya me acuerdo, Bécquer, al que conocí en los billetes de veinte duros, escribió aquello de: 

"Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán."  

Cuando en La Acequia salió ganadora la opción de las "Rimas y Leyendas" pensé en tomarme un par de meses sabáticos pues la poesía no es lo mío, pero como me llamaba la atención leer las Leyendas me eché la azada al hombro y me fui a por el lote completo.

Tras comprar los dos libros de la editorial Cátedra, colección Letras Hispánicas, empecé con las Rimas, edición de Rafael Montesinos, y como lego en la materia he de decir que me ha resultado un prólogo un tanto pedante, pero como quería entender las Rimas me lo leí enterito.

Mi primera sorpresa fue leer su Introducción sinfónica, el primero de los trabajos becquerianos del Libro de los Gorriones, que comienza de esta guisa:

"Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo."

Me ha sido imprescindible para comprender lo que sentía Bécquer, de la misma forma que creo que seria muy instructivo leer sus "Cartas literarias a una mujer"; por ejemplo, en la primera explica cual es su sistemática, diferente a la imperante entre los poetas de la primera mitad del siglo XIX:

"Yo no niego nada, pero por lo que a mí toca, puedo asegurarte que cuando siento no escribo. Guardo, sí, en mi cerebro escritas, como en un libro misterioso, las impresiones que ha dejado en él su huella al pasar; estas ligeras y ardientes, hijas de la sensación, duermen allí agrupadas en el fondo de mi memoria, hasta el instante en que, puro, tranquilo, sereno y revestido, por decirlo así, de un poder sobrenatural mi espíritu las evoca y tiende sus alas transparentes que bullen con un zumbido extraño, y cruzan otra vez a mis ojos como en una visión luminosa y magnífica."

Luego me sumergí en las Rimas y encontré algunas que me llegaron más que otras. He aquí los inicios de tales rimas:

Rima III sobre la inspiración, la razón y el genio.

"Sacudimiento extraño
que agita las ideas
como huracán que empuja
las ideas en triple."
…….
…….
"Gigante voz que el caos
ordena en el cerebro
y entre las sombras hace
la luz aparecer,"
…….
…….

Rima XIII

"Tu pupila es azul, y cuando ríes
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja."
…….
…….

Rima XV, versos 12 al 17.

"En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
eso soy yo."

Rima LIII, una de las más famosas.

"Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán."
…….
…….

Rima LXI

"Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?
……..
……..

Rima LXVI

¿De dónde vengo? El más horrible y áspero
de los senderos busca;
……
……
¿A dónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
……
……

Rima LXXIII, una impresionante y sentida elegía.

"Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio, 
de la triste alcoba
todos se salieron.
……
……

Rima LXXV

"¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
…….
…….

Rima LXXVI

"En la imponente nave
del templo bizantino
vi la gótica tumba a la indecisa
luz que temblaba en los pintados vidrios."
......
......

Bécquer tuvo una extraordinaria capacidad para la síntesis.

Para finalizar veamos un detalle sobre Gustavo Adolfo Bécquer: su imagen más conocida, la del billete de 100 pts (1965). o la del sello de 2 pts. (1970), se la debemos a un retrato pintado por su hermano Valeriano (aunque la mano del billete no aparece en el cuadro).

Y un par de curiosidades sobre Espronceda y Bécquer: la primera es que ambos vivieron 34 años y la segunda que el primero tuvo como maestro al erudito y poeta sevillano Alberto Lista y Bécquer escribió a los doce años su "Oda a la muerte de Don Alberto Lista", un punto de unión entre ambos.

Este comentario pertenece al club de lectura sobre las Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer que dirige desde La AcequiaPedro Ojeda Escudero.

miércoles, 12 de enero de 2011

¿Hablan volapük en el Purgatorio?

Glidis, amigos blogueros: 

El pasado 31 de diciembre comencé la lectura del libro "Inquietud en el Paraíso" de Óscar Esquivias, primero de una trilogía que nuestro profe Pedro Escudero nos propuso como nueva lectura colectiva en la comida quijotesca.

Todavía no he terminado la lectura del libro pero quiero empezar mi aportación descubriendo con un ejemplo de como Esquivias cuida hasta el más mínimo detalle.

Conocía de la existencia del esperanto como lengua artificial creada para favorecer la comunicación entre seres humanos de diferentes culturas y de hecho estuve a punto de aprenderla en mi juventud. Pues bien, ha sido al leer "Inquietud en el Paraíso" cuando he conocido otra lengua artificial creada unos años antes: el volapük. 

La verdad es que cuando leí como Agustín Garrús se presenta, según su tarjeta de visita, como catedrático emérito de volapük (pág. 34),  mi primer pensamiento fue "¡vaya!, ya empezamos con las invenciones, el autor se ha sacado una nueva lengua de la manga", pero tras aparecer un par de veces la palabra "Glidis" con el más que evidente significado de "Hola" o "Saludos" (págs. 64 y 116) me pudo la curiosidad y busqué información sobre el "Volapük". 

He aquí un resumen de lo que he encontrado al respecto: 

El volapük fue creado por el sacerdote alemán Johann Martin Schleyer en 1879 (en mayo de ese año publicó un esbozo del volapük en la revista católica Sionsharfe, de la que él era editor) y ya en su tercer congreso (París, 1889) el volapük fue la única lengua usada. En aquellos momentos, el idioma creado por Schleyer se encontraba en su punto más alto de popularidad, con un número estimado de 283 asociaciones, 25 publicaciones periódicas en o sobre el volapük y 316 libros de texto en 25 lenguas. Se creó la Academia Internacional del volapük (Kadäm bevünetik Volapüka) en 1887 para conservar y perfeccionar la lengua. 

En este congreso comenzó su declive debido a las diferencias irreconciliables entre el sector que abogaba por introducir reformas en el volapük, encabezado por el director y luego presidente de la Academia de Volapük, Auguste Kerckhoffs, y el sector más conservador que no deseaba cambios, cuyo referente era el propio Schleyer. Todo esto provocó escisiones en el movimiento y una importante pérdida de apoyo, ya que muchos seguidores dirigieron su interés hacia otras lenguas artificiales, especialmente el esperanto, surgido en 1887. 

En la década de 1920-30, el holandés Arie de Jong llevó a cabo una reforma del idioma que publicó en 1931. La nueva versión reformada del volapük fue aceptada por todos y es la empleada en la actualidad por las pocas decenas de hablantes del idioma, en su mayoría (si no en su totalidad) esperantistas interesados en la historia de las lenguas artificiales.

Curiosamente tienen su propia wikipedia: http://vo.wikipedia.org/wiki/Cifapad y su lema: Menefe bal, püki bal  significa: "una lengua para una humanidad".