Ya he terminado de leer "Viene la noche", el tercer volumen de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias y creo que no seré el único en afirmar que esta novela es la que más me ha gustado, ¿verdad?. Y eso que nada más empezar piensas: ¿y esto como enlaza con las otras dos novelas?. Pues sí, enlaza y de que manera, ahora bien hay que dejar pasar casi medio libro y no leer las correspondientes entradas del blog de Myriam hasta finalizar el libro (entonces sí) pues lo destripa de una forma hábil y amena.
Si la primera novela la veo como una novela histórica un tanto esperpéntica pero fácil de leer, a la segunda la encuentro como una fantasía delirante difícil de digerir, donde el contraste entre la realidad representada por los intrusos con los ciudadanos de derecho de la ciudad del Gran Rey y las disparatadas situaciones que se producen a lo largo del libro juegan en contra de un entendimiento racional. A la tercera novela, personalmente, la veo como una tragedia, la de Benjamín Tobes.
El verdadero infierno lo lleva muy dentro Benjamín y aflora cuando muere su hermano Aurelio. A Benjamín le tocó vivir en su juventud una situación personal complicada: por un lado asesinan a un hermano, a un amigo de este y a su padrastro, y luego tiene que combatir en la guerra en el mismo bando de los que han cometido dicha atrocidad.
En los primeros días vemos a un Benjamín seguro de sí mismo y bastante egoísta, al que no le gustan los cambios que se operan en su entorno social, tales como la gran cantidad de inmigrantes que se han establecido en su barrio, ni tampoco se preocupa de su entorno familiar, llegando a despreciar a Teresa, su mujer.
Ante el aviso del agravamiento del estado físico de su hermano, Benjamín viaja a Burgos con su hijo y este le da anticipadamente el regalo de Navidad al haberse olvidado en casa el libro, "Historia de dos ciudades", que iba leer en el tren. Sara le ha comprado dos libros que hablan de Burgos, la ciudad donde nació Benjamín.
Estamos ante un guiño cervantino con la introducción de los dos primeros volúmenes de la trilogía, bien aprovechado por Óscar Esquivias para realizar una autocrítica de su obra. Benjamín le recrimina la frivolidad con que toma nombres de personas reales, los modifica ligeramente, o no, y les asigna comportamientos que no tuvieron. Todo esto le recuerda el horror de la guerra civil que vivió en Madrid. La carta que le escribe Benjamín a Òscar Esquivias es magnífica.
Ya algo tocado, pero todavía bastante entero, acude a la cena de Nochevieja a casa de Acacio y Julieta, los padres de Sara, donde se produce el punto de inflexión de su vida. El enfrentamiento de ambos consuegros es antológico, incapaces de ver que "donde las dan, las toman". Pero cuando su hijo y Sara anuncian que quieren tener un hijo "sin sexo" a Benjamín se le rompen sus esquemas y a partir de ese momento entra en barrena: abandona la compañía de los poetas, sufre un lapsus de memoria y llega a tener un lapsus de memoria en uno de sus paseos (no recuerda ni su nombre y lo tienen que llevar a casa), su amante le abandona y descubre la situación de autoengaño en la que se encuentra su mujer.
Benjamín se ha vuelto pesimista, se encuentra viejo y enfermo (su próstata empeora), ve cercana la muerte y es Cebrianitos el que le intenta dar ánimos: "Yo llevo despidiéndome del mundo desde hace un puñado de años y aquí sigo, sin despegar." A lo que replica Benjamín: "Sé lo que me digo. Esto se acaba para mí, Cebrianitos. Ya no me quedan esperanzas, ni alegría, ni fuerzas, ni nada…. La vida se me va….. Ya todo me da igual." Y Cebrianitos le insiste: "…. Morirse es muy difícil, te lo digo yo", pero es Benjamín quién termina sentenciando: "Me parece que pronto vamos a ir los dos a pasear por las estrellas."
Mi último comentario sobre "Viene la noche" va a ser a propósito de un hecho curioso: aparece el río Leteo (su origen podemos rastrearlo en la mitología griega), cuyas aguas borran los recuerdos malos, en la página 141 ("Caen en el sueño más profundo,como si fueran un mismo organismo, un solo cuerpo que se hunde como un ancla en las mansas aguas del Leteo"). ¿Quiero esto decir que Jaime y Sara han alcanzado la cima de la montaña del Purgatorio y están a un paso del Paraíso?.
Este comentario pertenece al club de lectura sobre la trilogía basada en la Guerra Civil de Oscar Esquivias que dirige desde La Acequia, Pedro Ojeda Escudero.
.No creo que Jaime y Sara estén a un paso del Paraíso. Más bien pienso lo contario. Creo que viven autoengañados, por mucho que digan. Su relación me parece tristísima, no puedo evitarlo.
ResponderEliminarEn esta novela, el Paraíso, el Purgatorio y el Infierno están por cualquiera de sus páginas. El atentado es el infierno, el purgatorio los que tienen que sufrir por su culpa, el infierno es la vida de Teresa… Es la vida misma porque todos vamos cumpliendo ciclos donde tenemos que lidiar con unos u otros estados de placidez o decepción.
Biquiños.
¡¡¡¡ayyyy se me borró el comentario que te había escrito y era largo!!!!! Te decía:
ResponderEliminarGracias por el enlace. Espwero que Esquivias piense lo mismo que tú de mi destripamiento de su personaje (y del resto de mis trabajos sobre su trilogía).
También a mí ésta es la que más me gusta de las tres.
SObre la frase de ESquivias de tu último párrafo: yo la veo muy poéticamente bella, pero no los veo a ellos ni cerca ni lejos del paraiso. Los veo en la tierra viviendo la cotidianeidad de sus vidas.
Y con respecto al comentario que hace Aldabra, no estoy de acuerdo con su opinión, porque el hecho de que Sara y Jaime decidieran no tener sexo - algo consensuado en la pareja - no significa que no se quieran, que circule el afecto, incluso el amor, que compartan, conversen, se complementen y respeten mutuamente. Todas cosas que podemos suponer por como el escritor presenta la pareja. ¿Por qué decir que hay autoengaño en una relación asi? Más bien variedad en la respuesta sexual. "SObre gustos no hay nada escrito" decimos, mientras ellos se la pasen bien y no hagan daño a terceros.
Un abrazo
PD: Te dije que era Laaaaaarga. Perdona.
ResponderEliminarEn "Viene la noche" se van viendo los infiernos en los que viven los distintos personajes, cada uno el suyo y causado por distintos motivos, pero infiernos al fin y al cabo.
ResponderEliminarBesos
la trilogía es mucho más que eso...es tu vida..la mía...la de todos...Dura pero cierta...un abrazo
ResponderEliminarVaya por delante mi felicitación por esta excelente reseña que nos regalas. Coincido en casi todas las cosas de tu visión, lo raro sería coincidir en todo. Creo que en esta novela Esquivias se plegó un tanto a los gustos del gran público para conseguir vender más novelas, pero nunca abandonando la gran calidad literaria a la que parece adherido. También yo pensaba que Viene la Noche era la mejor de las tres, pero ahora pienso que la calidad literaria de La Ciudad del Gran Rey es superior; pero sabe que si quiere vivir de vender novelas, tiene que adaptarse a los gustos del momento. Aquí por ejemplo el tema de la memoria histórica de la qeu tanto se ha escrito desde hace unos años. Eso no quiere decir que no arriesgue, porque lo hace a conciencia. A pocos se le ocurriría elegir de protagonista a unos octogenarios o hablar de la muerte antes de nacer. La novela tiene muchos otros elementos que la hacen atractiva por su originalidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente y oportuna. Dije, cuando presenté esta novela, que me parecía una de las mejores que se habían escrito en España en aquellos años. Me ratifico y me agrada que te haya gustado.
ResponderEliminarExcelente tu análisis de la trilogía y los comentarios de los colegas. Al final creo que la que más me ha gustado ha sido "La ciudad...". Este "Viene..." la he encontrado demasiado cercana... Besotes, M.
ResponderEliminarExtraordinaria reseña la tuya. amigo; digna de posar enla contraportada del libro: creo que ni el editor lo hubiera explicado mejor.
ResponderEliminarEn cuanto al debate abierto sobre Jaime y Sara, soy de la opiníón (tal vez arriesgada) de que Jaime es Gay y Sara Lésbica: en efecto, se aman., aunque no carnalmente; pero ellos tendrían luego una vidas paralelas que hubieran dado mucho juego a la novela. Lástima que Esquivias no pensara como yo jajaja.
Un abrazo, y a tu chica
"Entra en barrena", eso es. A Benjamín le dan la puntilla en la cena langostinera. No puede aceptar la opción de Jaime y Sara, que no son homosexuales,creo yo. Se quieren mucho y eso es lo importante, pero ni el espinoso Acacio ni Benjamín lo comprenden.
ResponderEliminarSintetizas a las mil maravillas, qué envidia me das. Un abrazo
Comparto muchas de tus apreciaciones sobre las tres novelas. He disfrutado mucho de la primera (sátira o sainete de un periodo trágico) y de la tercera (retrato literario de una sociedad urbana en proceso de cambio). Yo no he visto ni paraisos ni infiernos, he visto trozos de vidas humanas que a veces son estupendas y a veces son un calvario.
ResponderEliminarY, por cierto, ¡qué poca simpatía me despierta Benjamín! ¡Qué padre más despectivo y que marido más repelente!