Blanca de Felipe II (http://www.maravedis.org/)
La calderilla es el nombre genérico que se aplica a todas las monedas con poco valor. "Estoy sin blanca" ó "Me he quedado sin blanca" son dos frases habituales para indicar que no tenemos dinero, pero su origen me era desconocido hasta que leyendo el capítulo III de "El Quijote" me encuentro con la respuesta de Don Quijote al ventero cuando este "Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca, porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído."
Até cabos y vi claro que "blanca" era una moneda, pero ¿de que valor?. Una pequeña búsqueda sobre las monedas que circulaban en los siglos XVI a XVII me dío la respuesta: se trataba de la calderilla de la época, vamos, como sí actualmente hablásemos de los céntimos de euro o hace cuarenta años de los chavos (10 chavos = 1 peseta).
Una blanca fue una moneda castellana de vellón y su valor igual a medio maravedí, la moneda de cuenta de estos siglos. Podemos hacernos una idea del valor de esta moneda fraccionaria en tiempos de Felipe II teniendo en cuenta que 2 blancas=1 maravedi, 34 maravedis = 1 real de plata y 16 reales de plata = 1 escudo de oro (Aunque según otras fuente la valoración del escudo de oro cambia a lo largo de la época moderna, oscilando entre los 400 maravedís de 1566 y los 440 de 1609.). En resumen: hacían falta 1.088 blancas para tener un escudo de oro.
Pero la frase que he citado contiene otra moneda de la época que puede pasar más desapercibida: "el dinero". Actualmente podemos preguntar "¿tienes dinero para el taxi?" sin ser conscientes que la palabra que nosotros utilizamos como sinónimo de efectivo en otros tiempos fue una moneda de uso común y de igual valor al de la blanca en el caso del dinero catalán o del dinero cornado (moneda castellana) .
En el capítulo XVII aparece dos nuevas monedas: la primera cuando Sancho se niega a pagar al ventero, el cual "Amohinóse mucho desto el ventero, y amenazóle que si no le pagaba, que lo cobraría de modo que le pesase. A lo cual Sancho respondió que, por la ley de caballería que su amo había recebido, no pagaría un solo cornado, aunque le costase la vida". El cornado fue una moneda castellana de cobre o vellón, que también se llamaba dinero cornado, posiblemente por la cabeza del rey coronado del anverso. Dos cornados equivalían a un maravedí.
La segunda moneda la conocemos tras el manteo de Sancho: "Quiso el ventero atrancar bien la puerta así como le vio fuera, mas no lo consintieron los manteadores, que eran gente que, aunque don Quijote fuera verdaderamente de los caballeros andantes de la Tabla Redonda, no le estimaran en dos ardites." Aparece el ardite, una moneda catalana de vellón y de cobre, del valor de un dinero catalán, o sea, del mismo valor que la blanca, como una estimación de cuan fuerte veían a Don Quijote, ¡menuda pinta debía ofrecer a la vista de los manteadores!.
Si quieres ver como eran estas monedas pincha en este Enlace.
En posteriores capítulos de "El Quijote" encontraremos las monedas de oro de la época: escudos y doblas, pero estas ya no son calderilla.
No se si será casualidad, pero en su día leyendo el capítulo que te trae a ti tu comentario... escribí algo similar: http://mislecturasdeelquijote.blogspot.com/search/label/moneda
ResponderEliminarEs una obra que encierra en si una verdadera enciclopedia de contenidos...desconocido desgraciadamente por mucha gente...saludos
Manuel, considéralo como una casualidad pues desconocía tu excelente entrada del jueves 2 de julio de 2009 titulada "El Quijote y los dineros" y mientras mi entrada se refiere al capítulo III de la primera parte, el capítulo que tu referencias (IIII de la segunda parte) todavía no lo he leído.
ResponderEliminarHoy leeré el capítulo XLIV de la primera parte de "El Quijote" con lo cual mi presente es tu pasado, voy leyendo por orden todos los comentarios a las entradas de "La Acequia" pero como el tiempo es finito no siempre puedo leer todas las entradas de los blogs que Pedro enlaza (las dejo para cuando me ponga al día) y pudiera darse el caso de escribir sobre una temática ya tratada por tí o por otro lector del grupo.
Mi intención es escribir sobre detalles que me hayan llamado la atención y que no hayan sido comentados, al menos hasta donde yo he leído pues en caso contrario tengo por costumbre incluir enlaces de mis lecturas.
Estamos de acuerdo en que esta magna obra es como un gran saco de conocimientos que trasciende al literario y me parece que ambos nos fijamos en similares detalles, lo cual veo muy positivo pues ofrecemos otro enfoque a un mismo tema, en este caso el monetario.
Un abrazo.
La coincidencia entre ambos de lo que habla es de la curiosidad por esas cosas que también nos enseña la lectura del Quijote.
ResponderEliminarMuy interesante toda esta información sobre las monedas, y ese enlace, genial. ¡Menudo montón de monedas diferentes, como para recordarlas todas!
ResponderEliminarUn abrazo
Muy interesante tu aportación "monedera" de la época al igual que lo hizo TUCCI en su dia. Besotes quijotescos, M.
ResponderEliminar