jueves, 20 de octubre de 2011

Sonata de Otoño

Con apenas leídos unos cuantos capítulos,  Ramón del Valle-Inclán ya me ha convencido con una sorprendente prosa poética que desborda elegancia y refinamiento, que juega al mismo tiempo con adjetivos y brillantes metáforas, con un uso del lenguaje capaz de hacernos ver la situación que describe como escenas cinematográficas. 

Me hubiese gustado leer los relatos publicados en los periódicos de principios del siglo XX (1901-1902), saborearlos como lectura diaria que finaliza en la espera de la siguiente publicación. Posteriormente el autor los reelaboró, creando con ellos su primera sonata, la Sonata de Otoño.

Esta novela corta, escrita durante los tres meses de convalecencia de un involuntario tiro de pistola en un pie, es la primera de una tetralogía y nos presenta al protagonista en la etapa de su madurez plena. Como vamos a seguir el orden de escritura, iremos retrocediendo en las etapas vitales del Marqués de Bradomín para en la última novela dar el salto a su vejez.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

7 comentarios:

  1. Esa sensación que comentas, tanto la de paladear el lenguaje de Valle como la de poder leerlo en el orden de publicación, nos acercará a la experiencia de los primeros lectores.
    Si quieres, en la página de la Biblioteca Nacional hay una hemeroteca digital en la que, con un poco de paciencia, podrás hallar los textos primeros que publicó Valle en la prensa.

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  2. La suavidad del gallego se nota en su prosa.

    El cine daba sus primeros pasos, pero ya se le adivina su potencial.

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  3. Aquellos primeros lectores de Valle Inclán serían muy distintos a nosotros, vivían unas circunstancias que nada tenían que ver con las nuestras. Pero un clásico sobrevive a todas las épocas. Veo que te ha atrapado el gallego, a mí no tanto, a pesar de ser una prosa magnífica. Me irá atrapando...pero Concha me parece una pelmaza, je, je.

    Un abrazo de María Ángeles Merino, una abejita que tiene que entrar como anónimo porque con mi cuenta no me lo coge. Ay, el blogger.

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  4. Las sensaciones se palpan, se viven, leyendo a Valle.

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  5. Volveré al leer las entradas de Valle Inclán no bien me ponga en tema.

    Echar a andar la rutina después de las estupendas vacaciones que me tomé, tiene sus esfuercillos.

    Solo quería darte un abrazo y decirte que ya estoy de regreso.

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  6. Sería muy interesante leer sus entradas en los periódicos, como dices. Voy a bucear en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional como dice el profe. Besotes, M.

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  7. Como ya leí todas tus entradas a la fecha, ya se el trabajo fenomenal que hiciste con la Hemeroteca digital.

    Yo también paladié bien el lenguaje. Me encantó.

    Sigo subiendo...

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