jueves, 27 de octubre de 2011

El origen de "Sonata de Otoño"


Hace unos días terminé de leer esta novela corta que es "Sonata de Otoño", y picado en mi curiosidad por Pedro, he rebuscado en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional Española entre  viejos ejemplares del periódico "El Imparcial". Como resultado de estas pesquisas he localizado en la edición de 23 de septiembre de 1901, el relato de Ramón del Valle-Inclán titulado "Don Juan Manuel", origen de su "Sonata de Otoño".

Don Ramón modifica su relato y lo reparte entre los capítulos de la novela para componer su obra. Veamos estas diferencias: lo primero es que nuestro protagonista en el relato del periódico está con su madre y no con su amante Concha cuando ellas divisan al tío Don Juan Manuel, mucho más poético en la novela ("… levantó su mano, diáfana como mano de hada: ¿Ves allá lejos, un jinete?") que en el relato original ("… levantando su mano pálida, me mostró un jinete que venía por el camino. ¿Ves allá?").

Mientras en el relato, Javier va a visitar a su madre ("... una señora  de cabellos grises, muy alta, muy devota, despótica y caritativa. Cuando me vio llegar lloró de júbilo la pobre señora. Estaba muy achacosa, pero a la vista de su primogénito pareció revivir.") en la novela el marqués de Bradomín acude a la llamada de Concha, una de sus amantes, que también parece revivir al verlo en su palacio.

Palacio que en la novela es el de Brandeso mientras que en el relato se trata de San Clemente de Bradomín donde vive retirada su madre (no aclara si palacio o pazo). El hecho es que el mirador, la escalinata, el jardín o el laberinto con su fuente es el mismo. 

En el relato el marqués de Bradomín nos presenta a su tío Don Juan Manuel al recordar una tarde que pasó con su madre, pero en la novela cambia el recuerdo por el presente al lado de Concha. Valle-Inclán mantiene intactos diálogos enteros: los gritos del tío y del marqués, el capítulo de la biblioteca (en la novela añade la frase: "Y quedó sellado nuestro parentesco", para recalcar el parentesco, algo que en el relato está claro desde el principio).

En el relato es su madre quién le recrimina, ante su tío, su desconocimiento del origen de la casa de Bradomín. En ambas lecturas aparece la historia de un Roldán que no muere en Roncesvalles, ¡ahí es nada!,  es atraído por una sirena y tiene un hijo de ella "que por serlo de D. Roldán se llamó Padín, y viene a ser lo mismo que Paladín. Ahí tienes porque una sirena abraza y sostiene tu escudo en la iglesia de Lantañón." (Aldabra, ¿podrás encontrar esta sirena?).

Valle-Inclán termina su relato escribiendo: "Me asustó el frío de aquellas manos que pendían inertes… !Eran las manos de un muerto!", pero en la novela necesita que siga "vivo" así que nos lo deja malherido, quién debe morir es Concha, la protagonista femenina de la novela: ""Me asustó el frío de aquellas manos que pendían inertes… Volví a tomar el diestro del caballo que relinchaba, y seguimos acercándonos al Palacio."

El autor toma del relato los ingredientes que le interesan y construye una historia diferente, más cautivadora. Si quieres leer el relato original sigue este enlace: Don Juan Manuel de Ramón del Valle-Inclán

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

jueves, 20 de octubre de 2011

Sonata de Otoño

Con apenas leídos unos cuantos capítulos,  Ramón del Valle-Inclán ya me ha convencido con una sorprendente prosa poética que desborda elegancia y refinamiento, que juega al mismo tiempo con adjetivos y brillantes metáforas, con un uso del lenguaje capaz de hacernos ver la situación que describe como escenas cinematográficas. 

Me hubiese gustado leer los relatos publicados en los periódicos de principios del siglo XX (1901-1902), saborearlos como lectura diaria que finaliza en la espera de la siguiente publicación. Posteriormente el autor los reelaboró, creando con ellos su primera sonata, la Sonata de Otoño.

Esta novela corta, escrita durante los tres meses de convalecencia de un involuntario tiro de pistola en un pie, es la primera de una tetralogía y nos presenta al protagonista en la etapa de su madurez plena. Como vamos a seguir el orden de escritura, iremos retrocediendo en las etapas vitales del Marqués de Bradomín para en la última novela dar el salto a su vejez.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Prólogo a la lectura de "Sonatas"


 es.wikipedia.org

Ya estamos en octubre y eso significa, siguiendo la propuesta que nos hace Pedro Ojeda desde su atalaya de "La Acequia", que le toca el turno a la lectura de una obra de Ramón del Valle-Inclán. 

Pero, ¿que sé yo de Valle-Inclán?. Poco por no decir casi nada, vagos recuerdos de mi tiempo de estudiante de bachillerato:  autor de obras de teatro, de principios del s. XX, y lo asocio al esperpento, palabra que para mi significa situaciones grotescas que provocan nuestra risa y que la RAE define como: "Género literario creado por Ramón del Valle-Inclán, escritor español de la generación del 98, en el que se deforma la realidad, recargando sus rasgos grotescos, sometiendo a una elaboración muy personal el lenguaje coloquial y desgarrado.

Hasta hoy no  leído nada  de Valle-Inclán, fallecido hace 75 años, y la verdad es que de no mediar Pedro hubiese tardado un tiempo, quizá no demasiado porque hace unos meses cayó en mis manos otra obra suya, "Luces de Bohemia", un libro de los que se leen en escuelas e institutos y que tenía en la pila de lectura aunque muy abajo.

Empezaré por las "Sonatas" (periodo modernista), cuatro novelas publicadas en años consecutivos, y seguramente acabe leyendo su obra de teatro "Luces de Bohemia" (periodo esperpéntico). Veamos que nos depara esta nueva lectura colectiva de un clásico.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


jueves, 6 de octubre de 2011

Riña de gatos


Al igual  que Paco Cuesta, yo también tengo mi librero, una persona que no solo vende libros sino que además es lector empedernido y me aconseja sobre que libros leer o regalar, y mi relación con él viene de largo, de los tiempos pre-internet, en los que conseguir reseñas de libros no era nada fácil. Pues bien,  a principios de agosto y aconsejado por mi librero me esperé a que "Riña de gatos" saliese en edición de bolsillo. El problema es que como a mediados de septiembre  no lo recibía busqué en internet y vi que no estaría a la venta hasta principios de octubre, así que le pedí que me trajese el "tapas duras" y con él he hecho la lectura (mi consejo es que si te lo quieres comprar espera a que salga la versión de bolsillo).

Tras este preámbulo diré que a Eduardo Mendoza ya le conocía por haber leído 4 obras suyas: "La verdad sobre el caso Savolta", "El año del diluvio", "El misterio de la cripta embrujada" y "Sin noticias de Gurb". Huelga decir que de las cuatro la que más disfruté fue la primera. 

En "Riña de gatos" el autor, que tiene oficio y sabe ejercerlo, nos procura una lectura nada sosegada, ofreciendo nuevos giros de la trama conforme pasamos las páginas, aúna una trama de intrigas con espías, políticos, militares, nobleza, proletariado, todo junto bajo el cielo de un Madrid que empieza a salir del invierno y cuyos habitantes, al igual que en el resto del estado español, son incapaces de establecer un diálogo constructivo que evite lo que se convertirá en un baño de sangre, con unas disgresiones sobre la vida y obra de Velazquez, del que el protagonista es un entendido.

Eduardo Mendoza toma al inglés Anthony Whitelands, un especialista en pintura española, como hilo conductor de su novela y de su mano conoceremos a un duque español con su familia y al tercer marqués de Estella, Jose Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Con Velazquez como "fondo de pantalla", el inglés a veces peca de ingenuo rayando lo increíble (muy borracho tenía que estar para dejarle todas sus pertenencias a un desconocido o acudir sin más a una misterioso cita cuando le han advertido que su integridad física peligra o creerse que Paquita, la hija del duque, va a caer rendida a sus pies a las primeras de cambio).

Esta novela recibió el premio Planeta en 2010 pero no creo que se convierta en un clásico. Su lectura me ha resultado fácil y me ha enganchado con su mezcla de personajes históricos en la ficción representada. 

Por último me permito recomendar una reseña realizada por Justo Serna, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia. Y si quieres ver todos las obras de arte que aparecen en la novela date una vuelta por el blog diadehistoria.blogspot.com, empezando por el Furore, la efigie de Carlos V esculpida en bronce por Leone Leoni, y terminando con la Madre Jerónima de la Fuente, de Velazquez.

Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.