martes, 27 de julio de 2010

Sancho, el astrónomo

En el cap. XLI de la 2ª parte de "El Quijote" me ha sorprendido el encontrar una referencia a un objeto astronómico que no fuese el Sol o la Luna. De hecho Sancho en "su" relato del vuelo montado en Clavileño deja libre a su imaginación y nos "ilustra" con un paseo espacial.

-... Y sucedió que íbamos por parte donde están las siete cabrillas; y en Dios y en mi ánima que, como yo en mi niñez fui en mi tierra cabrerizo, que así como las vi, ¡me dio una gana de entretenerme con ellas un rato...! Y si no le cumpliera me parece que reventara. Vengo, pues, y tomo, y ¿qué hago? Sin decir nada a nadie, ni a mi señor tampoco, bonita y pasitamente me apeé de Clavileño, y me entretuve con las cabrillas, que son como unos alhelíes y como unas flores, casi tres cuartos de hora, y Clavileño no se movió de un lugar, ni pasó adelante. 

-Y, en tanto que el buen Sancho se entretenía con las cabras -preguntó el duque-, ¿en qué se entretenía el señor don Quijote? 

A lo que don Quijote respondió: 

-Como todas estas cosas y estos tales sucesos van fuera del orden natural, no es mucho que Sancho diga lo que dice. De mí sé decir que ni me descubrí por alto ni por bajo, ni vi el cielo ni la tierra, ni la mar ni las arenas. Bien es verdad que sentí que pasaba por la región del aire, y aun que tocaba a la del fuego; pero que pasásemos de allí no lo puedo creer, pues, estando la región del fuego entre el cielo de la luna y la última región del aire, no podíamos llegar al cielo donde están las siete cabrillas que Sancho dice, sin abrasarnos; y, pues no nos asuramos, o Sancho miente o Sancho sueña. 

Don Quijote desmonta "científicamente", con los conocimientos de la época, el paseo de Sancho, o mentiroso o soñador.

-Ni miento ni sueño -respondió Sancho-: si no, pregúntenme las señas de las tales cabras, y por ellas verán si digo verdad o no. 

-Dígalas, pues, Sancho -dijo la duquesa. 

-Son -respondió Sancho- las dos verdes, las dos encarnadas, las dos azules, y la una de mezcla.

Curiosamente Sancho acierta en parte con los colores de las cabrillas: son azules. Además demuestra tener buena vista pues ver más de 5 ya se requiere una gran agudeza visual. Desde luego no era miope.

-Nueva manera de cabras es ésa -dijo el duque-, y por esta nuestra región del suelo no se usan tales colores; digo, cabras de tales colores. 

El duque se mosquea y se produce un inteligente cruce de pullas con Sancho.

-Bien claro está eso -dijo Sancho-; sí, que diferencia ha de haber de las cabras del cielo a las del suelo. 

-Decidme, Sancho -preguntó el duque-: ¿vistes allá en entre esas cabras algún cabrón? 

-No, señor -respondió Sancho-, pero oí decir que ninguno pasaba de los cuernos de la luna. 

Bueno, pues el objeto astronómico que Sancho describe no es una constelación como aparece en nota a pie de página en mi volumen de Anaya sino un cúmulo abierto (agrupación de estrellas sin un centro claramente definido), compuesto por jóvenes estrellas de color azul que también reciben otros nombres como Las Pléyades o M45 (Messier 45), visible a simple vista, podremos ver hasta 7 estrellas muy juntas (la 8ª es francamente difícil) en la constelación de Tauro, por supuesto en un cielo sin luna y sin contaminación lumínica, pero un pequeño telescopio ya nos revela muchas más de este cúmulo que contiene sobre unas 500 estrellas. A finales de julio, en el hemisferio norte, sobre los 40º de latitud, "salen" por el noreste más o menos a las 2 de la madrugada, mejor esperar al otoño cuando es posible verlas a mejor hora y más altas sobre el firmamento.

Espero haber picado tu curiosidad y que intentes verlas. Sigue este enlace si quieres conocer un poco más de "Las Pléyades". Por mi parte, a partir de ahora, cuando vea las 7 cabrillas recordaré la "famosa aventura de la dueña Dolorida o de Clavileño".

domingo, 27 de junio de 2010

La herencia de los moriscos valencianos

Al leer en el capítulo XLI de la primer parte de El Quijote: "Dos o tres veces hizo este viaje, en compañía del tagarino que había dicho. Tagarinos llaman en Berbería a los moros de Aragón,..." se me hizo la luz y encontré el significado del nombre de un collado que se halla en la sierra de Aitana (provincia de Alicante), el Alt de Tagarina. De hecho esta sierra esta enclavada en las tierras de los últimos moriscos que fueron expulsados de España en 1610, territorio este con una toponímia claramente morisca con nombres como Benifato, Beniardá, Benimantell, Benilloba o el conocido Benidorm. El prefijo "Beni" significa "hijo de" y hay muchos pueblos al sur de la provincia de Valencia y norte de la de Alicante con esta herencia. Ejemplos tenemos de su laboriosidad y paciencia en los innumerables bancales de cultivo en laderas donde apenas había tierra que cultivar o en los senderos escalonados que construyeron para llegar a sus campos (algunos de ellos reconvertidos en rutas balizadas de senderismo como el PRV-147 en la Vall de Laguar, ambas cualidades las reflejamos en Valencia cuando decimos que una tarea es una "faena [tarea] de moros".

Podría hablar de leyendas moriscas como la del "Cavall Verd", de las últimas revueltas ante el hostigamiento cristiano o del total despoblamiento y hundimiento económico de estas comarcas valenciano-alicantinas, pero ya nos saldríamos del cometido de esta entrada cuyo nacimiento se debe a otro capítulo, el XXVI de la 2ª parte puesto que cuando Don Quijote oye decir al muchacho: "... que ya la ciudad se hunde con el son de las campanas que en todas las torres de las mezquitas suenan.", no puede evitar exclamar: " -¡Eso no! -dijo a esta sazón don Quijote-: en esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas, sino atabales, y un género de dulzainas que parecen nuestras chirimías; y esto de sonar campanas en Sansueña sin duda que es un gran disparate." Pues bien aquí tenemos dos instrumentos musicales moriscos que entroncan con las tradiciones valencianas: el tabalet y la dolçaina.

La dolçaina fa parella amb el tabalet, sent ambdós instruments suficients per a amenitzar musicalment qualsevol festa al carrer. Bona cosa de la música popular valenciana es toca amb dolçaina i tabalet. Entre les melodies més belles per a ser tocada amb la dolçaina, en podem destacar la tonada de la Muixeranga. 

Traducción: La dolçaina y el tabalet son dos instrumentos ligados entre sí y suficientes para amenizar cualquier fiesta al aire libre. La mayor parte de la música popular valenciana se toca con dolçaina y tabalet. Entre las melodias mas bellas para ser tocada con la dolçaina destaca la tonadilla de la Muixeranga o ball de valencians, que es el nombre que recibe un conjunto de danzas y castillos humanos originarios de la Comunidad Valenciana, una tradición que se mantiene en la población valenciana de Algemesí.

lunes, 14 de junio de 2010

Los refranes de Sancho

Sancho cuando está en racha los suelta seguidos y de forma harto atropellada. Don Quijote, que en más de una ocasión se encontrará hasta el baciyelmo de oirlos, aprovecha para replicarle con su misma medicina.

Resultado: algunos son conocidos, otros aunque desconocidos son fáciles de entender pero algunos requieren una búsqueda de su significado y en esta labor me encontraba cuando localicé la página soriana dedicada al Quijote de la Asociación Alcozar, de la cual cito textualmente su presentación: "Con motivo de la conmemoración del IV Centenario de El Quijote, la Asociación Alcozar  ha abierto esta página (http://www.alcozar.net/quijote) para recopilar aquellas palabras y refranes, hoy en desuso, que aparecen en esta obra maestra de la literatura universal y que todavía se emplean (o se usaban hasta hace relativamente pocos años) en el lenguaje cotidiano de algunos pueblos de Soria".

Su lectura me ha venido de perlas, no solo para comprender los refranes, entender los vocablos que han perdido vigencia en nuestro siglo XXI y disfrutar las ilustraciones que acompañan cada una de sus páginas (Gustave Doré, Picaso, Dalí, viñetas de Chumy Chúmez o la foto de un Quijote de hierro en la Habana, por poner algunos ejemplos), sino también para recordar que hace unos años visité un lugar tan emblemático para Soria como es la "Alameda de Cervantes", magnífico parque enclavado en el casco urbano de la ciudad.

jueves, 3 de junio de 2010

Lo que se publica, ¿realidad o ficción?

En el capítulo XXXII de la primera parte, cuando ya tenemos más que asumida la locura de Don Quijote que cree en la certeza de los hecho relatados en los libros de caballerías, tenemos que el propio ventero, persona con escasa cultura pero con sus preferencias literarias muy claras: "mas si alguno quiere quemar, sea ese del Gran Capitán y dese Diego García, que antes dejaré quemar un hijo que dejar quemar ninguno desotros. (Don Cirongilio y el de Felixmarte)", tras la réplica del cura: "-Hermano mío -dijo el cura-, estos dos libros son mentirosos y están llenos de disparates y devaneos; y este del Gran Capitán es historia verdadera, y tiene los hechos de Gonzalo Hernández de Córdoba, el cual, por sus muchas y grandes hazañas, mereció ser llamado de todo el mundo Gran Capitán, renombre famoso y claro, y dél sólo merecido. Y este Diego García de Paredes fue un principal caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Estremadura, valentísimo soldado...", defiende el mayor interés que le despiertan los portentosos hechos de Don Ciringilio y de Felixmarte, despreciando al Gran Capitán y al Sansón de Extremadura.

Dorotea y Cardenio se percatan de cual es el problema real: "-Así me parece a mí -respondió Cardenio-, porque, según da indicio, él tiene por cierto que todo lo que estos libros cuentan pasó ni más ni menos que lo escriben, y no le harán creer otra cosa frailes descalzos.", el ventero no diferencia ficción de realidad. El cura insiste, para sacarle del error: "-Mirad, hermano -tornó a decir el cura-, que no hubo en el mundo Felixmarte de Hircania, ni don Cirongilio de Tracia, ni otros caballeros semejantes que los libros de caballerías cuentan, porque todo es compostura y ficción de ingenios ociosos, que los compusieron para el efeto que vos decís de entretener el tiempo, como lo entretienen leyéndolos vuestros segadores; porque realmente os juro que nunca tales caballeros fueron en el mundo, ni tales hazañas ni disparates acontecieron en él.", y lo hace jurando que es cierto lo que dice.

Bueno, pues ni así, el ventero le niega la mayor y se mantiene en sus trece: "-¡A otro perro con ese hueso! -respondió el ventero-. ¡Como si yo no supiese cuántas son cinco y adónde me aprieta el zapato! No piense vuestra merced darme papilla, porque por Dios que no soy nada blanco. ¡Bueno es que quiera darme vuestra merced a entender que todo aquello que estos buenos libros dicen sea disparates y mentiras, estando impreso con licencia de los señores del Consejo Real, como si ellos fueran gente que habían de dejar imprimir tanta mentira junta, y tantas batallas y tantos encantamentos que quitan el juicio!", poniendo el dedo en la llaga: si las autoridades han dado su permiso tiene que ser verdad lo escrito , de esta forma pone a la autoridad civil por encima de la religiosa haciendo tirar la toalla al cura: "tomad vuestros libros, y allá os avenid con sus verdades o mentiras, y buen provecho os hagan, y quiera Dios que no cojeéis del pie que cojea vuestro huésped don Quijote."

Pero el ventero no se convertirá en un nuevo Quijote al ser una persona con ambos pies en el suelo: "que no seré yo tan loco que me haga caballero andante: que bien veo que ahora no se usa lo que se usaba en aquel tiempo, cuando se dice que andaban por el mundo estos famosos caballeros.", simplemente defiende su fe en la verdad de lo escrito en los libros porque la autoridad permite su publicación.

El caso es que el ventero nos refleja un hecho actual: cambiemos libro por periódico y encontraremos muchos "venteros" que proclamarán a voz en grito la verdad de lo escrito sin contrastar mínimamente esa información, dándole credibilidad por el simple hecho de leerlo en un papel.

Junto a los “curas” que intentan abrir los ojos a los “venteros” encontramos a los “Cardenios/Doroteas” que reconocen desde el principio el convencimiento sin fisuras de estos y ven lo inútil del esfuerzo gastado en convencerlos de lo contrario. Parece que es el cura quién acomete una misión harto difícil cuando no imposible. Como veremos a continuación, también encontramos gente con capacidad de dudar, que se replantea lo leído/oído, aunque sea por interés propio ("Sanchos").

Descolocado se nos queda Sancho: "A la mitad desta plática se halló Sancho presente, y quedó muy confuso y pensativo de lo que había oído decir que ahora no se usaban caballeros andantes, y que todos los libros de caballerías eran necedades y mentiras, y propuso en su corazón de esperar en lo que paraba aquel viaje de su amo, y que si no salía con la felicidad que él pensaba, determinaba de dejalle y volverse con su mujer y sus hijos a su acostumbrado trabajo. " que como no sabe que pensar del tema opta por esperar a ver si hay beneficios. A Sancho, que ha creído en las razones de Don Quijote, se le presenta un dilema donde empezará pesando más el interés propio y acabará por ser mayor el lazo de la amistad que le unirá a Don Quijote para inclinar el fiel de la balanza siempre al mismo lado: quedarse con Don Quijote.

viernes, 28 de mayo de 2010

Adiós a Martin Gardner

El pasado 22 de mayo, a los 95 años, nos dejó Martin Gardner, un divulgador científico estadounidense, muy popular por sus libros de matemáticas recreativas. Lo conocí gracias a su columna mensual "Juegos matemáticos", publicada en la revista de divulgación científica "Investigación y Ciencia". Me enganchó su lenguaje directo en el planteamiento de problemas matemáticos que, a poco que te pique la curiosidad, te obliga a pensar a la vez que te enseña a utilizar la lógica para deducir o inferir la solución del reto planteado.

De Martin Gardner he leído los siguientes libros (los cuatro últimos son recopilaciones de los artículos publicados a lo largo de 30 años): 
  • ¡Ajá! Paradojas que hacen pensar (Labor)
  • ¡Ajá! Inspiración (Labor)
  • Máquinas y diagramas lógicos (Alianza)
  • Izquierda y derecha en el cosmos (Salvat)
  • Nuevos pasatiempos matemáticos (1961) (Alianza Editorial, El libro de bolsillo 391, 1987)
  • Carnaval matemático (1975) (Alianza Editorial, El libro de bolsillo 778, 1995)
  • Festival mágico-matemático (1978) (Alianza Editorial, El libro de bolsillo 1023, 1994)
  • Circo matemático (1979) (Alianza Editorial, El libro de bolsillo 937, 1983)
Me permito destacar un par de ellos: ¡Ajá! Paradojas, que fue el primero que leí, y Nuevos pasatiempos matemáticos, una excelente recopilación de pasatiempos. Si te gustan las matemáticas no dejes pasar la oportunidad de conocerlo.

La foto ha sido extraida del siguiente artículo de la wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Martin_Gardner

viernes, 21 de mayo de 2010

Cervantes y las cuñas publicitarias

¿Fue un invento de Don Miguel? ¿Era una práctica común de dicha época? Puede que no fuera el primero en utilizar estas cuñas de publicidad pero lo que veo claro es que Cervantes supo sacarle partido. De diversas maneras nos pone sabedores de su producción literaria pasada y futura así como de su valía como escritor.

La primera cuña la tenemos en el escrutinio de la biblioteca de Don Alonso que hacen el cura y el barbero en el capítulo VI de la primera parte: "Pero, ¿qué libro es ese que está junto a él?
-La Galatea, de Miguel de Cervantes -dijo el barbero.-Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención; propone algo, y no concluye nada: es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la emienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega; y, entre tanto que esto se ve, tenedle recluso en vuestra posada, señor compadre.
-Que me place -respondió el barbero-."

Con este dialogo Cervantes echa un cebo al lector para que lea "La Galatea" y además espere la "segunda parte", a la par que ¿qué mejor referencia que un cura se declare amigo tuyo y te haga propaganda?.

La segunda cuña se produce cuando, en el capítulo XXXII de la primer parte, el ventero defiende contra viento y marea la verdad de lo que está escrito en los libros y: "Oyendo esto Dorotea, dijo callando a Cardenio:
-Poco le falta a nuestro huésped para hacer la segunda parte de don Quijote.
-Así me parece a mí -respondió Cardenio-, porque, según da indicio, él tiene por cierto que todo lo que estos libros cuentan pasó ni más ni menos que lo escriben, y no le harán creer otra cosa frailes descalzos."

¿Se puede interpretar como que Cervantes ya anuncia la continuación de su novela?.

La tercera cuña aparece en el capítulo XLVII de la primera parte cuando: "El ventero se llegó al cura y le dio unos papeles, diciéndole que los había hallado en un aforro de la maleta donde se halló la Novela del curioso impertinente, y que, pues su dueño no había vuelto más por allí, que se los llevase todos; que, pues él no sabía leer, no los quería. El cura se lo agradeció, y, abriéndolos luego, vio que al principio de lo escrito decía: Novela de Rinconete y Cortadillo, por donde entendió ser alguna novela y coligió que, pues la del Curioso impertinente había sido buena, que también lo sería aquélla, pues podría ser fuesen todas de un mesmo autor; y así, la guardó, con prosupuesto de leerla cuando tuviese comodidad."

El ventero agradece los buenos oficios del cura en el cobro de los desperfectos que ha causado Don Quijote y le recompensa con un manuscrito "que podría ser del mismo autor que la novela del Curioso impertinente y ofrece dos premisas: primera que si te gustó la primera novela te gustará la otra y segundo que "debe ser del mismo autor" y como la del Curioso la escribió Cervantes se deduce que la segunda también. Pero el caso es que dicha novela ya la tenía escrita pero no publicada. A esto se le llama visión de futuro: cuando apareciese publicada más de un lector al leer su título la asociaría con "El Quijote". El hecho es que Don Miguel publicó su "Novela de Rinconete y Cortadillo" como una de sus "Novelas ejemplares" en 1613 aunque debieron circular copias manuscritas de dichas novelas antes de la edición impresa.

Hoy en día podemos leer una publicidad semejante en la contraportada, o en las solapas de los libros, donde se nos da cuenta de quién es el autor, aparece una breve reseña del libro y nos informa de sus otras obras, premios, elogios recibidos en prensa o revistas, etc., pero no es tan efectiva como la utilizada por Cervantes pues al formar parte de la novela la tienes que leer sí o sí.

En la segunda parte de "El Quijote" continúan las cuñas publicitarias, y de que forma, desde el primer pliego de papel. Esta publicidad, escrita diez años más tarde, será el motivo de otra entrada en este blog.
 

jueves, 13 de mayo de 2010

Don Quijote de la Mancha, I

Tras 2 meses y medio de lectura, he terminado de leer la primera parte de "El Quijote" y quiero dejar constancia de varios hechos:

Lo primero es confesar que sin la guía de Pedro Ojeda no lo hubiese leído, esta NOVELA (sí, en mayúsculas) seguiría esperando su oportunidad en mi voluminosa pila de libros pendientes y aun en el supuesto de que le hubiera tocado su turno no habría captado tantos y tan ricos matices como Pedro nos enseña en sus artículos. ¡Gracias Pedro!, tu labor es impagable. Si tuviese que destacar uno de tus artículos me decantaría por el que dedicas a comentar el capítulo XLIV: "Más sobre el baciyelmo o la realidad problemática, nuevas imágenes cervantinas y noticias de nuestro Quijote", consigue rizar el rizo, chapeau.

Lo segundo es que fue una suerte dar con tu blog "La Acequia" y pararme a beber en sus cristalinas aguas. Tienes un blog donde admites todas las opiniones cediendo el protagonismo a los participantes de la lectura que con sus comentarios y sus blogs particulares amplian el horizonte de la lectura hasta límites insospechados, es como subir a una alta torre para ver más lejos y en todas direcciones. Por tanto quiero desde este blog agradecer las colaboraciones de Antonia P. (hecho de menos sus comentarios), Merche Pallarés, Manuel de la Rosa-Tuccitano, Pancho, Euphorbia, Abejita de la Vega, Antonio Aguilera, Juan Luis G., Señor de la Vega, Alatriste, Myr, Impersonem y Asun (conste que me he dejado unos cuantos en el tintero). Mención especial me merece Javier García Riobó, un lector que a base de fotografías ofrece su particular visión de "El Quijote" capítulo a capítulo. Por lo que cuenta, en su última entrada de Mayo de 2009, "Lo digital no existe", una tormenta eléctrica provocó que su disco duro se averiase perdiendo el trabajo de muchos meses. Ha pasado un año y el blog sigue en el dique seco; es una gran perdida para el grupo.

Y tercero: leo con ventaja pues cuando inicie mi particular lectura ya sabía que la lectura colectiva no era un proyecto sino todo un exito y aposté por empezar desde el principio, algo de lo que no me arrepiento pues, aunque no participe en la lectura semanal, me está permitiendo seguir la evolución del colectivo "a cámara rápida", en estos 2 meses y 12 días que para mí han sido de tiempo primaveral he podido sentir el final de la primavera, los calores veraniegos, la vuelta a la normalidad tras las vacaciones, los primeros resfriados otoñales, la llegada del frío invernal y de nuevo la primavera en los primeros 13 meses de esta lectura comentada de "El Quijote". Pero no todo iban a ser ventajas, también tiene inconvenientes como el no disponer de tiempo material para leer todas las entradas de los blogs o para escribir comentarios en mi propio blog. Intentaré remediar esto cuando me ponga al día.